¿Acabará 2022 como el ‘annus horribilis’ del seguro agrario?

El ejercicio 2012 es, de momento, el más cruel de los 42 años de historia del Sistema de los Seguros Agrarios. Ese año, una intensa sequía elevó la siniestralidad hasta rozar los 767 millones de euros. Pero el 2022 está cerca de quitarle ese calificativo ya que, en agosto, ya registraba una siniestralidad por encima de los 656 millones. Hablamos con AgroseguroAgropelayo Ucoga para saber si el presente ejercicio tiene opciones de ser el más luctuoso de estas últimos cuatro décadas y los motivos por los que se ha llegado hasta aquí.

“La estimación es que las indemnizaciones van a superar, de nuevo, los 750 millones de euros, porque el mes de agosto se ha cerrado por encima de los 656 millones de euros”, confirma Sergio de Andrés, director de Producción y Comunicación de Agroseguro, la entidad que gestiona los seguros agrarios de 17 aseguradoras -dato extraído de su web- que operan en España bajo la fórmula de pool de coaseguro.

Sergio de Andrés suma los datos de julio y agosto, pero ya el primer semestre dejó pistas de lo que estaba siendo este 2022. Antes del verano, Agroseguro informó de que, hasta junio, la estimación de indemnizaciones ascendía a 514,67 millones, la más alta del seguro agrario en una primera mitad de año.

De lo que acontezca hasta diciembre dependerá para que el 2022 figure o no en el ranking como el peor de la historia. Y es muy posible que acabe sucediendo porque, como señala el director de Producción y Comunicación de Agroseguro, todavía restan “importantes producciones agrícolas por cerrar cosecha”, como “la uva de vino (actualmente en vendimia), el olivar, el girasol…”. Y reconoce: “Lo que ocurra en las próximas semanas será determinante para que 2022 pase a la historia como el año de mayor siniestralidad del seguro agrario”.

Las intensas heladas de abril

Rafael Sarrión, director general de Agropelayo -una de las 17 coaseguradoras-, parece que lo tiene más claro: “A fecha 31 de julio se habían declarado 986.860 siniestros, con una superficie agrícola afectada de 1,5 millones de hectáreas. Todo apunta a que va a ser el año de mayor siniestralidad en la historia del seguro agrario”. Recuerda que “el año comenzó bien, sin borrascas como la del año anterior (Filomena)” pero todo cambió en el segundo trimestre. “A principios de abril hubo una helada muy fuerte que afectó a bastantes cultivos y zonas pero, sobre todo, a los frutales de Aragón y Cataluña, con unas pérdidas altísimas. A partir de ahí, se han ido sucediendo fenómenos climatológicos adversos y es difícil que la siniestralidad de este año mejore”, relata.

También echando la vista atrás, el representante de Agroseguro desgrana los pasos que han llevado al presente ejercicio a ser ya uno de los más siniestros. “Este año se ha caracterizado por registrar, prácticamente, todos los riesgos”, asevera Sergio de Andrés, que detalla: “Inundaciones en enero; una helada histórica a comienzos de abril, justo en el momento más delicado para la fruta y el almendro; sequía; golpes de calor e incendios en zonas agrícolas; tormentas de viento; lluvia y fuerte pedrisco durante el verano. Si a esos riesgos meteorológicos sumamos otros que son más continuados, como los daños por fauna, enfermedades y las líneas pecuarias, tenemos como resultado la alta siniestralidad de 2022″.

Esta elevada siniestralidad se ha percibido en todos los ámbitos del sector asegurador, también en la mediación de seguros. En Ucoga, correduría gallega especializada en ofrecer cobertura a las necesidades aseguradoras de las empresas agroalimentarias de la zona, han sido conscientes de esta situación a pesar de que su negocio no está tan vinculado a los riesgos climáticos. “Aunque somos una correduría especialista en seguros agrarios, dentro de este ámbito tan grande, nos centramos más en el vacuno de leche, con lo que el clima afecta menos a la siniestralidad. Pero si es verdad que también aseguramos pastos y forrajes donde, efectivamente, los siniestros se han visto multiplicados, dando parte en prácticamente todas las pólizas contratadas”, manifiesta Iván Novo, su director general.

De todos los riesgos que han sacudido al campo en este 2022, hay uno que costará olvidar: la histórica helada de abril. “Ha sido un evento climático histórico, con cerca de 200 millones de euros en daños. Quizá, quien no vive del campo, simplemente notó días heladores y se extrañó por la fecha, una vez llegada la primavera. Pero para el sector frutícola y para el almendro ha sido demoledor”, remarca Sergio de Andrés. Esa fecha a la que se refiere el director de Producción y Comunicación de Agroseguro fue entre el 1 y el 5 abril, cuando la borrasca Ciril -un frente ártico procedente del norte de Europa- entró en España dejando temperaturas inusualmente bajas para la época, sobre todo en la mitad norte peninsular.

Estas heladas de abril se han convertido en el siniestro más grave de la historia del seguro agrario en España en los últimos 42 años, solo comparable a las peores sequías. En esos días, este evento causó estragos en las producciones frutales, siendo responsable de que la campaña 2022 vaya a cerrarse con indemnizaciones por encima de los 245 millones de euros, la cifra más alta registrada por una línea de seguro en la historia del sistema agrario. Y también en las producciones de frutos secos, superándose los 45 millones de euros en daños en la última cosecha, lo que significa un 137% más que en 2021 y casi 8 veces más que en 2020.

Esta noticia es un extracto de un amplio reportaje publicado en el último número de la revista Aseguranza disponible ya para suscriptores. Entre otros aspectos, en dicho reportaje también se profundiza en el daño causado por el calor extremo de este verano y los incendios, el resultado técnico del sistema agrario, las últimas medidas adoptadas, la situación de los seguros pecuarios y acuícolas o los principales retos a los que tiene que hacer frente el seguro agrario.

Fuente: Aseguranza