ADECOSE presentó en la mañana de ayer, mediante un encuentro virtual, las principales conclusiones de su ‘Informe COVID-19’, que analiza las principales consecuencias económicas del mismo y reflexiona sobre futuros escenarios tanto a nivel nacional como europeo. Ha sido elaborado en colaboración con el despacho de abogados Gómez-Acebo & Pombo y con la consultoría AFI. La presentación fue moderada por su presidente, Martín Navaz, que también describió las conclusiones finales y destacó el carácter abierto a cambios y actualizaciones del trabajo. Contó con la participación de Pablo Muelas, coordinador del Grupo Seguros del bufete; Daniel Manzano, socio de AFI; Alfonso Valera, vicepresidente de ADECOSE; y Juan Ramón Plá, tesorero de la asociación y presidente de BIPAR.

El informe describe que el impacto en el conjunto de las economías desarrolladas será de una caída de entorno al 5% del PIB. En algunos países como Reino Unido, Italia y España será incluso del doble, situándose en torno al 10%. Nuestro país será uno de los que sufrirá un mayor impacto por la crisis derivada de la Covid-19, en parte debido a la estructura de su tejido productivo y a la especialización sectorial, el tamaño de las empresas y la limitada capacidad del sector público. Este impacto será muy desigual según el sector y la zona geográfica, siendo los sectores más afectados la hostelería, seguido del comercio y transporte.

En sentido opuesto, la Covid-19 ha tenido un impacto positivo en sectores como el primario; sanidad y servicios sociales, Administración Pública y actividades financieras y aseguradoras. En cuanto a la recuperación económica, el mejor escenario pronostica que no se alcanzará el nivel de actividad de antes de la pandemia hasta dentro de dos años como mínimo, aun contando con las medidas expansivas desplegadas.

Para el sector asegurador, si bien la crisis de la Covid-19 está teniendo, de momento, un menor impacto en España que en otros países, la demanda de seguros en nuestro país tardará de dos a tres años en recuperarse. Destaca el dispar comportamiento entre los distintos ramos de seguros y se espera que No vida se mantenga ligeramente en positivo (principalmente gracias a la resiliencia de Salud y Multirriesgos), mientras que Vida (principalmente Ahorro) tendrá dificultades para revertir la tendencia observada en 2020 (-20,8%).

Por otra parte, a pesar de que los márgenes y solvencia mantendrán globalmente su solidez, con muy alta probabilidad el sector acabará perdiendo la rentabilidad sostenida de dos dígitos de las últimas décadas, siendo en cualquier caso muy alta.

Impacto desigual según el ramo

En términos de siniestralidad, Asistencia en Viaje, Decesos, Vida y Salud han sido los más castigados. Por su parte, la Pérdida de Beneficios no ha sido afectado ante la ausencia en general de cobertura en España, si bien esta situación, se apunta, “tendremos que seguirla de cerca frente a posibles interpretaciones judiciales en sentido contrario”, en una clara alusión a la reciente sentencia de Girona y las que se prevén en esa línea.

De cara al futuro, se anticipa, la crisis provocada por la pandemia ha puesto en valor al seguro, por lo que los ciudadanos y empresas van a demandar más soluciones al sector en caso de futuras pandemias u otros riesgos sistémicos, como los ciberriesgos, o los riesgos climáticos.

Desde la perspectiva de ADECOSE, el sector está obligado a buscar soluciones para hacer frente a nuevos riesgos en el mundo post-Covid, como las nuevas pandemias y enfermedades infecciosas; riesgos relacionados con el cambio climático, ciberseguridad, así como riesgos geopolíticos o una combinación entre ellos. Será necesario asimismo continuar avanzando en los nuevos modelos híbridos de trabajo, negocio digital, adaptación de los canales distribución, así como a través de nuevas fórmulas de innovación aplicada al producto, automatización de procesos, sin olvidar las nuevas exigencias ambientales, sociales y de Gobierno Corporativo. “En este escenario, el papel de los mediadores de seguros, especialmente de las corredurías de seguros, resultará clave en el asesoramiento a los clientes en cuanto a la cobertura del seguro y la tramitación del siniestro, máxime frente a un mercado que está adoptando una estrategia defensiva para sus intereses”, destacó Navaz.

El informe constata, asimismo que la dimensión global e impacto extremo de la Covid-19 ha puesto de manifiesto que la cobertura de un riesgo de esta naturaleza no puede ofrecerla autónomamente el Seguro. Requerirá de una coordinación público-privada no sólo a nivel nacional sino también europeo. Por tanto, en futuras catástrofes globales se exigirá soluciones que involucren simultáneamente a los clientes, al seguro directo y al reaseguro, junto con las administraciones públicas nacionales y de la UE. En el caso español, el Estado debería analizar conjuntamente con la industria aseguradora el papel de Consorcio de Compensación de Seguros en este tema.

Fuente: BDS editado por INESE a 12 de febrero de 2021