ECEC advierte de los riesgos de circular con neumáticos desgastados: a medida que van perdiendo profundidad en su dibujo, reducen sus prestaciones de frenada, sobre todo en pavimentos mojados.

La Confederación Española de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines (Cetraa) ha analizado, conforme a la percepción de los talleres de electromecánica sobre el estado de los vehículos que acuden a sus instalaciones, el estado de los componentes determinantes para el control del vehículo y, en consecuencia, para la seguridad vial, con especial atención a los tres elementos del conocido como “Triángulo de la Seguridad”: neumáticos, amortiguadores y frenos.

En cuanto a los neumáticos, el estudio revela que, en el caso de vehículos de 1 a 5 años de antigüedad, el 53% de los encuestados asegura que presentan un nivel medio de desgaste. Al hablar de vehículos de 6 a 10 años de antigüedad, un 50% los califica como muy desgastados. Y, en el caso de vehículos con más de 10 años, el estado que presentan al llegar al taller es de muy desgastados en la opinión del 80% de los encuestados.

Ante estos datos, ‘Elige calidad, elige confianza’ (ECEC), iniciativa que agrupa a una veintena de fabricantes de componentes de primer nivel adheridos a Sernauto, que trabajan en pro de la seguridad vial, advierte de la importancia del buen estado de los neumáticos para que los vehículos circulen de forma segura. “A medida que el neumático va perdiendo profundidad en su dibujo, va reduciendo sus prestaciones de frenada, sobre todo en pavimentos mojados, por lo que es importante cambiarlos cuando presentan desgaste”, señalan desde la iniciativa.

Desgaste del dibujo de la banda de rodadura

El cambio de los neumáticos no viene marcado ni por el tiempo ni por el kilometraje. El tiempo puede variar dependiendo del estado de conservación del neumático. “No es lo mismo un neumático que esté siempre a la intemperie que uno que esté más protegido de los rayos de sol, por ejemplo”, señalan desde ECEC. El kilometraje tampoco es un indicador de cambio porque depende de la presión del neumático, el tipo de conducción o el estado del asfalto, entre otros factores.

“La variable que determina el cambio es el desgaste del dibujo de la banda de rodadura”, afirman desde ECEC, que recuerda la importancia de revisar regularmente los neumáticos del vehículo prestando atención a la profundidad del dibujo, así como a que en los flancos no haya algún tipo de deformación por impactos.

A la hora de cambiar los neumáticos, desde ECEC señalan que en el mercado se comercializan tres tipologías, que varían según las estaciones del año. El neumático de verano es el más habitual, idóneo para temperaturas templadas y cálidas. Su dibujo favorece el agarre correcto tanto en seco como en mojado. Sin embargo, en invierno presenta un inconveniente, y es que por debajo de 7º C su compuesto se endurece y las prestaciones se reducen, sobre todo las más vinculadas a la seguridad como el agarre y la frenada.

Por otro lado, están los neumáticos de invierno, que son más habituales en el resto de Europa. Tienen un dibujo con más ranuras, laminillas y canales, que favorecen la evacuación del agua, el agarre en mojado y nieve, y, además, su compuesto favorece un funcionamiento correcto por debajo de los 7º C de temperatura. Estos neumáticos al contar con el marcaje 3PMSF (Three Peak Mountain Snow Flake – Montaña con tres picos y copo de nieve) y M+S (Mud & Snow – barro y nieve) se pueden utilizar en carreteras con nieve sin necesidad de utilizar cadenas u otros elementos.

Por último, los neumáticos All Season o para todas las estaciones han ganado en popularidad durante los últimos años gracias a que son la solución intermedia y tienen prestaciones equilibradas durante todo el año. También cuentan con el marcaje 3PMSF y M+S, para conducir en condiciones de nieve sin la necesidad de utilizar cadenas.

Fuente: Posventa