De momento, el sector (re)asegurador lo tiene controlado. Gracias a sus actualizadas técnicas de modelización de catástrofes, a día de hoy, los riesgos climáticos son valorables y, por tanto, se pueden suscribir. Pero el sector avisa de que, si no se aplican medidas contundentes de mitigación y de adaptación, la realidad puede ser otra con consecuencias dramáticas para el conjunto de la sociedad.

Determinar si un fenómeno meteorológico se ha vuelto más probable o grave en los últimos años sigue siendo todo un desafío. Pero de lo que no hay duda es que el planeta nos está enviando cada vez más señales de que el cambio climático es real. Y en gran parte se debe al impacto de la actividad humana.

“Hemos estado observando los riesgos de catástrofes naturales durante algún tiempo y hemos supervisado los cambios en las pérdidas relacionadas con el clima. Lo que hemos encontrado es que el impacto es claramente visible en nuestras estadísticas de pérdidas de reaseguro: en los últimos 25 años, el promedio de pérdidas aseguradas por eventos climáticos extremos se ha más que duplicado”, expone Santiago Arechaga, CEO de Swiss Re Iberia, en el reportaje sobre riesgo climático que publica el nº de octubre de Aseguranza.

Según un informe Sigma de Swiss Re, en los últimos años se ha reducido el número de catástrofes de gran magnitud, como terremotos o huracanes, pero se han intensificado otros eventos aparentemente de menor tamaño aunque cada vez más devastadores. “Más de la mitad de las pérdidas por catástrofes naturales están ahora impulsadas por lo que en la industria llamamos ‘peligros secundarios’. Se trata de peligros naturales recurrentes relacionados con fenómenos meteorológicos extremos a causa del cambio climático: inundaciones, incendios forestales, sequías o largos períodos de calor seguidos de fuertes lluvias. Estos riesgos deben tener un precio adecuado para que podamos asegurarlos de manera rentable”, explica el responsable en España de la reaseguradora.

Actividades más vulnerables

Nadie se libra de los efectos del cambio climático, pero algunas actividades son más vulnerables que otras. “En el fondo, todas las industrias se ven afectadas en algún grado. Sin embargo, algunas de las que se ven más inmediatamente afectadas son aquellas que tienen centros de producción y operaciones comerciales en zonas de alto riesgo, especialmente en núcleos urbanos en crecimiento situados a lo largo de la costa y en los límites de las zonas boscosas. Aquí es donde ya estamos viendo gran parte del dramático aumento de las pérdidas”, declara Santiago Arechaga, que añade: “Además del impacto físico directo por el cambio climático, varias industrias de altas emisiones de carbono se verán afectadas por los llamados riesgos de transición, que aparecen debido al cambio a una economía baja en carbono”.

Los expertos coinciden en que, en un futuro cercano, los ramos aseguradores más castigados serán Vida, Decesos, Salud, Multirriesgos, Autos y Agrario. Pero desde AXA XL calman a las compañías: “La probabilidad de que una determinada línea de negocio se vea afectada por el cambio climático depende completamente de la cartera de la aseguradora. El impacto del cambio climático en una determinada clase de seguro también cambiará en todo el mundo dependiendo de cómo esté estructurada la cartera”.

Por otro lado, si continuasen aumentando los siniestros relacionados con el clima, una de las consecuencias que se reflejarían en el sector sería el endurecimiento de las condiciones del mercado, algo que ya se está viendo en el presente aunque los expertos descartan que, principalmente, se deba a este motivo. “Estamos viendo un endurecimiento de las condiciones del mercado en la actualidad, pero no pueden correlacionarse únicamente con afirmaciones relacionadas con el clima. La tendencia a la baja de los precios durante una década, los cambios en los entornos de litigio en algunos territorios y la aparición de nuevos riesgos también se deben tener en cuenta cuando se trata de cambios en precios y en términos o condiciones”, profundizan en AXA XL.

Si los eventos catastróficos siguen intensificando su frecuencia y severidad, algunos expertos no descartan que alguna compañía acabe entrando en situación de insolvencia o quiebra. Aunque, para no llegar a esta situación, lo normal sería que estas entidades dejasen antes de ofrecer cobertura a los riesgos climáticos, con el perjuicio enorme que conllevaría para la sociedad. “Si el riesgo se vuelve no asegurable debido a la falta de medidas preventivas, las (re)aseguradoras no podrán suscribirlo. Por eso la adaptación al clima es de vital importancia”, advierte Santiago Arechaga.

Fuente: Aseguranza