Sabemos que muchas veces, los trámites y gestiones que hay que hacer cuando se sufre un accidente de coche/moto son complicados, y en algunos casos parecen interminables. Pero esto no afecta simplemente al usuario que ha sufrido ese accidente y tiene que arreglar su vehículo; los talleres asociados con aseguradoras reciben grandes exigencias por parte de estas que se ven reflejadas en el valor y calidad de la reparación, lo que les ocasiona grandes pérdidas y descontento por parte de sus clientes. 

¿Por qué empresas de gestión y tramitación de siniestros de automóvil? 

Todos sabemos que en cuanto a un vehículo se refiere, es necesario e indispensable disponer de un seguro en caso de sufrir cualquier tipo de accidente o siniestro. Sin embargo, algunas aseguradoras, con el fin de ahorrarse el máximo coste, ponen trabas a los talleres que dificultan el proceso de reparación, como pueden ser disminuir el montaje de materiales de calidad cuestionable, recortar o infravalorar procesos para ahorrar costes, eliminar piezas de la reparación no esenciales pero importantes, etc. 

Los talleres se ven atados de manos y pies ante los seguros, pues debido a la gran oferta, no pueden permitirse defender su manera de trabajar ya que se llevarían al cliente a otro reparador; por lo que acceden a realizar el trabajo y comienzan a sufrir las consecuencias. La aseguradora no paga lo que procede, no interpreta el contrato de manera adecuada, rechaza daños que sí corresponden al accidente, propone montar materiales que no se consideran aceptables, aplica precios de hora que no corresponden al del propio taller, se emplaza a reparar piezas cuya garantía no puede asegurar el propio taller, entre otras muchas acciones. 

Cuando se sufre un siniestro o accidente, normalmente el usuario ya dispone de un taller de confianza al que quiere delegar la reparación de su vehículo. Sin embargo, cuando lleva el vehículo a éste, algunas compañías de seguros entorpecen el proceso, queriendo imponer requerimientos acordes a su política de ahorro. 

Pero, ¿aún puedo encontrar más problemas? 

Hay tres asuntos que dificultan la gestión de un siniestro. 

En primer lugar, la disponibilidad inmediata de movilidad. Este es uno de los problemas fundamentales con los que se puede encontrar el usuario que ha sufrido un accidente o un siniestro, ya que es muy probable que la aseguradora no ofrezca este servicio o que, si lo ofrece, obligue al usuario a esperar meses hasta que pueda proporcionar. Los talleres sufren considerablemente este punto, ya que no todos tienen disponibilidad inmediata o medios para proporcionar un vehículo de sustitución.

Otro problema siempre controvertido son los tiempos de espera mientras se perita el vehículo, se recibe la aceptación entre compañías y/o conformidad, posibles listas de espera en el taller para iniciar la reparación, …

Y en tercer término, el tipo de reparación propuesto por la aseguradora que puede no responder a los estándares de calidad que se precisan para devolver el vehículo al estado anterior al siniestro con total garantía y aceptación de su propietario. 

Existen empresas especializadas en hacer simple todo lo que un siniestro lleva asociado con el único objetivo de hacerle la vida más fácil y evitar cualquier tipo de preocupación tanto al cliente final como a sus talleres de confianza.