La Dirección General de Tráfico presentó ayer el balance de accidentalidad vial 2020.  Ha sido un n año que ha estado marcado por la Covid-19 y las limitaciones a la movilidad impuestas para frenar su propagación. Se han  reducido los desplazamientos un 25% y por consiguiente la siniestralidad vial.

Las vías interurbanas han registrado 797 accidentes mortales en los que han fallecido 870 personas y otras 3.463 requirieron ingreso hospitalario. Esto supone un descenso de un 21% en el número de accidentes y fallecidos (-213 accidentes y -231 fallecidos) y del 22% en heridos graves (-970). Es la cifra de fallecidos más baja de la historia y la primera vez que el número de fallecidos en vías interurbanas es menor de 1.000.

Con todo, como expresaba en la presentación el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, pese al descenso de la siniestralidad, “son cifras inaceptables para la sociedad porque todos sabemos que esas muertes y heridas graves son en su mayoría evitables y, por lo tanto, asumimos la obligación de evitarlas”.

Durante 2020 se han producido 321 millones de desplazamientos de largo recorrido, lo que supone una reducción de un 25% sobre el año anterior. Es decir, 106 millones movimientos por carretera menos. Este descenso ha sido mayor en fines de semana (-35,5%) que en los días laborables (-20,8%) y en vehículos ligeros (-29,40%) que en vehículos pesados (-2,6%). Estos han seguido abasteciendo a la población incluso durante el periodo más duro del confinamiento.

Desde marzo (incluido) descendió el número de fallecidos todos los meses, excepto septiembre (+1%). Los máximos descensos en las cifras de fallecidos se registraron en abril (-59%) y mayo (-50%), de manera equivalente a los mayores descensos en movilidad del año (-75%, y -60%, respectivamente). Los menores descensos en cuanto al número de fallecidos se produjeron en julio (-3%), agosto (-11%), y octubre (-8%).

El parque de vehículos aumentó el pasado año un 1%, llegando a los 34,8 millones y el censo de conductores se redujo un 0,7%, quedando en 27,1 millones.

Otros datos destacados del balance son:

  • Ha habido mayor descenso de la siniestralidad en autopistas y autovías (-34%) que en carretera convencional (-16%), donde fallecieron 670 personas en accidentes de tráfico, 127 menos que en 2019. A pesar del descenso, sigue siendo la vía más peligrosa y donde mayor número de víctimas mortales se registran (77% del total de los fallecidos). En las vías de alta capacidad (autopistas o autovías) fallecieron 200 personas.
  • Ha aumentado el porcentaje de fallecidos por salida de vía, pasando del 39% en 2019 al 44% en 2020.
  • Los motoristas han reducido su siniestralidad un 34% (hubo 189 fallecidos, 97 menos que en 2019).
  • Se registra un menor descenso de fallecidos entre los jóvenes de 15 a 24 años y en el grupo de 55 a 64 años (-15% en ambos grupos). Los mayores descensos se dan en los grupos de edad de 45 a 54 años (-26%), 25 a 34 años (-23%), mayores de 64 años (-23%), y hasta los 14 años (de 19 a 7 fallecidos).
  • Aumenta la no utilización del cinturón de seguridad entre los fallecidos en turismo y furgoneta: el 26% no lo usaban (125) frente al 22% en 2019. Si hubieran utilizado el cinturón, la mitad podría haberse salvado.
  • Aumenta el uso del casco en motociclistas: el 2% de los fallecidos no lo usaban (6) frente al 4% en 2019. En el caso de los ciclistas, trece de los 36 fallecidos no llevaban casco.
  • Disminuyen los fallecidos en todas las Comunidades Autónomas, con excepción de Castilla-La Mancha, Illes Balears, Cantabria y Ceuta y Melilla. Las mayores reducciones porcentuales se contabilizaron en Madrid, Canarias, Cataluña, Asturias y País Vasco.

Fuente: INESE