Pese a ser el colectivo que peor imagen tiene entre los conductores españoles, los jóvenes españoles de 18 a 29 años son el grupo de edad con menor tasa de mortalidad entre los automovilistas (0,5%), un indicador que ha descendido un 41% en la última década, de acuerdo con el estudio ‘El gran cambio. Jóvenes conductores: anatomía de una nueva generación al volante’, realizado por Fundación Línea Directa en colaboración con Centro Zaragoza.

Este cambio de tendencia se acentúa aún más si se compara a los jóvenes actuales con las generaciones anteriores, ya que, en los últimos 30 años, los accidentes de tráfico han pasado de suponer el 31% de los fallecimientos de jóvenes (1989) a ser el 17% (2019), lo que supondría haber salvado alrededor de 35.000 vidas.

La evolución de la lesividad también arroja buenos datos para estos conductores, ya que el resto de grupos de edad tienen una lesividad grave un 10,6% superior a la de los automovilistas más jóvenes.

Sin embargo, el informe reconoce que aún hay áreas de mejora para los automovilistas más jóvenes: tienen una tasa de accidentalidad más alta que el resto, cometen más excesos de velocidad (72%), son los que más usan el móvil mientras van conduciendo (47%) y se ponen menos el cinturón cuando van de ocupantes (16%).

El accidente tipo en jóvenes de 18 a 29 años es el de alcances por no respetar la distancia de seguridad (30%), en turismos de bastante antigüedad y en vías urbanas (61%). Suelen sufrirlos hombres (70%) de 25 a 29 años. Por Comunidades Autónomas, Baleares, Cataluña y Madrid son los territorios donde más accidentes de conductores jóvenes se registraron en los últimos 10 años, mientras que Castilla y León, Navarra y Región de Murcia son las que menos.

Fuente: INESE