Las catástrofes naturales registradas en la primera mitad de 2021 (la profunda helada invernal, tormentas de granizo e incendios forestales) se han traducido en unas pérdidas aseguradas valoradas en 36.000 millones de euros, según las estimaciones preliminares del estudio Sigma del Swiss Re Institute.

La citada cifra se sitúa “por encima del promedio de los últimos diez años, cifrado en 28.000 millones y el segundo más alto registrado en un primer semestre después de 2011, cuando los grandes terremotos en Japón y Nueva Zelanda elevaron las pérdidas semestrales a 88.600 millones de euros”, argumenta el estudio.

Además, los desastres causados por el hombre provocaron otras pérdidas aseguradas de 1.700 millones en la primera mitad de este año, menos de lo habitual y, probablemente, reflejando las restricciones provocadas por la Covid-19.

Martin Bertogg, responsable de peligros catastróficos de Swiss Re, indica que «los efectos del cambio climático se están manifestando en temperaturas más cálidas, aumento del nivel del mar, patrones de lluvia más erráticos y mayores fenómenos meteorológicos extremos. Junto con el rápido desarrollo urbano y la acumulación de riqueza en zonas propensas a los desastres, los peligros secundarios, como las tormentas invernales, el granizo, las inundaciones o los incendios forestales, conducen a pérdidas cada vez mayores por catástrofes».

Bertogg agrega que «la experiencia, en lo que va de 2021, subraya los crecientes riesgos de estos peligros, exponiendo a comunidades cada vez más grandes a eventos climáticos extremos. Por ejemplo, la tormenta invernal Uri alcanzó una magnitud de pérdidas similares a las que pueden causar peligros extremos como los huracanes. La industria aseguradora necesita mejorar sus capacidades de evaluación de riesgos para estos peligros menos monitorizados para mantener y expandir su contribución a la resiliencia financiera».

A nivel mundial, las pérdidas económicas por desastres se estiman en 65.600 millones en el primer semestre de 2021. De esta cifra, 63.000 millones fueron causados por catástrofes naturales, mientras que los desastres causados por el hombre desencadenaron 2.500 millones. «Se espera que la cifra de pérdidas económicas aumente a medida que se contabilicen más pérdidas en los próximos meses. La primera mitad del año tampoco es representativa de las cifras del año completo, porque el tercer trimestre históricamente es el más propenso a pérdidas en términos de catástrofes naturales», se apunta desde la reaseguradora.

Fuente: INESE