Desde las medidas concretas a la colaboración más amplia, el director general de Tráfico valora los aspectos en los que la DGT y el sector asegurador pueden ampliar su trabajo para reducir la siniestralidad y que además repercutirán en el precio de las pólizas. Una cuestión de especial interés y con la que se prevé que bajen de forma importante tanto los siniestros como los lesionados es la reducción de la velocidad en diferentes vías. En entrevista con AseguranzaPere Navarro detalla el cálculo de cuánto podría reducirse la siniestralidad. Y habla de cuál es la gran apuesta de la DGT.

Colaboración con el sector asegurador

La DGT y el sector asegurador colaboran de forma estrecha. A su juicio, “la verdad es que la relación con el sector asegurador es muy buena. Todos remamos en la misma dirección, trabajando conjuntamente para mejorar la robustez del dato del registro de vehículos, y evitar así que las incoherencias que puedan surgir entre las altas y las bajas, y que a día de hoy son mínimas, puedan penalizar al ciudadano”.

Pero cree que la colaboración debe ir más allá: “Es necesario profundizar, tal y como ya lo estamos haciendo con Línea Directa Aseguradora, en el análisis de la influencia que los ADAS pueden tener en la reducción de la siniestralidad. Algo que evidentemente repercutirá también en el precio de las pólizas”.

En la entrevista que publica el nº de abril de Aseguranza el director general de Tráfico admite que el objetivo de cero víctimas mortales “es ambicioso, pero también es cierto que la primera condición para que se reduzca la cifra de accidentes de tráfico es creer que podemos hacerlo y en eso estamos trabajando. Con el número de accidentes y fallecidos todavía hay márgenes de mejora”. Aunque 2020 fue el año con la cifra de fallecidos más baja de la historia (870), hay que tener en cuenta que se produjo en el contexto de la pandemia y “no debemos bajar la guardia ya que en estos primeros meses de 2021 estamos viendo un repunte de la siniestralidad así como de ciertas conductas, como el viajar sin el cinturón de seguridad”.

En cuanto a la mayor exposición al riesgo, remarca que “las vías convencionales continúan siendo las más peligrosas y donde mayor número de víctimas mortales se registran, por lo que en ellas trabajamos para intensificar las medidas que consigan reducir la siniestralidad. Además, las distracciones siguen siendo por cuarto año consecutivo el factor concurrente más frecuente en accidentes mortales (estuvieron presentes en un 28%), seguidas del consumo de alcohol (presente en un 24%) y la velocidad (presente en un 23%)”.

Salvar vidas reduciendo la velocidad

En cuanto al cálculo de cuánto podría reducirse la siniestralidad con la próxima aplicación de la reducción de la velocidad en diferentes vías, Pere Navarro confirma que “todos los indicadores avalan que una disminución de la velocidad supondría una reducción de la siniestralidad en todas las vías”. “Por ejemplo –detalla-, en 2018 reformamos el Reglamento de Circulación y redujimos de 100 a 90 km/h la velocidad máxima en carreteras convencionales, una medida que ha afectado a más de 10.000 km de carreteras convencionales y que tuvo un resultado inmediato, ya que al siguiente año de su aprobación se redujeron en un 10% los fallecidos, es decir, se salvaron 100 vidas con esta medida”.

Ahora, en el caso de las ciudades y ante la entrada en vigor en mayo de los nuevos límites de velocidad, “está comprobado que a 50km/h, en caso de atropello, el riesgo de fallecer es 8 veces superior a si se circula a 30km/h”.

Por último, pensando más en el futuro, Pere Navarro subraya que “la gran apuesta de la DGT es el vehículo conectado que supondrá un antes y un después en lo que a seguridad vial se refiere”. Argumenta que hasta ahora “hemos vivido en un mundo en el que los usuarios de la vía permanecían en compartimentos estancos sin comunicarse entre ellos y ahora avanzamos hacia un nuevo escenario en el que la carretera hablará con el vehículo y, además, los vehículos también hablarán entre ellos”.

Fuente: Aseguranza