Llevamos años oyendo la importancia que han cobrado los conocidos como riesgos secundarios. Su gravedad ha crecido y ante un nuevo escenario el sector asegurador también anuncia decisiones. La patronal del sector, Unespa, pide al Gobierno que también ponga de su parte.

En su repaso a los resultados del tercer trimestre del año la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, hacía mención a la fuerte competencia del sector, con niveles de contratación muy elevados y reflejó “una presión siniestral intensa por los sucesos climáticos“.

Más allá de la labor del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) ante estos siniestros, calificada como “muy importante”, la representante del sector destacó que “más importante todavía es la tarea de las propias aseguradoras privadas que se ocupan del 60% de las reparaciones por daños causados por el clima; y eso sin contar con el seguro agrario”.

En el centro

Lo cierto es que los eventos de fenómenos atmosféricos han cobrado una nueva dimensión en el sector en España. No es raro oír a directivos hablar de los riesgos extraordinarios cada vez menos extraordinarios.

Siguiendo en esta línea, González de Frutos invitaba, en el último encuentro de seguros organizado por Deloitte, “a los legisladores a poner al día el Reglamento de Riesgos Extraordinarios“. Lo hacía para solicitar una adaptación “a los sucesos de alto impacto“, pensando de manera especial en la lluvia o a la nieve de carácter extraordinario.

Afirmó que el seguro no se caracteriza por ser una industria que destaque por las emisiones a la atmósfera ni por los recursos naturales que consume, pero “sí estamos a la vanguardia de las medidas que se pueden tomar frente al cambio climático”. Destacó que el seguro es el que paga los daños causados por tempestades e inundaciones, también quien financian la reconstrucción después de los desastres y quien insta a los asegurados a tomar medidas de prevención para evitar o limitar los daños causados por la naturaleza. De este conocimiento sobre estos hechos es de donde parte la petición de actualizar la normativa.

Cambios en la industria

El encuentro también analizó el papel de las aseguradoras ante los riesgos de esta magnitud.

Santiago Arechaga, CEO de Swiss Re Iberia, llamó la atención hacia ciertos cambios que debe acometer la industria. Alejó cualquier pensamiento sobre que estos riesgos climáticos secundarios -granizos, tormentas, lluvia intensa, nieve…- no quepan en el portfolio de las compañías “porque seguimos con mucho apetito por asegurar riesgos de fenómenos atmosféricos”. Pero también aclaro que “ello no significa que lo vayamos a poder hacer en las mismas condiciones que hasta ahora”. Aseguró que tendrán que “reflejar tanto en precio como en políticas de suscripción todos estos cambios”.

Puntualizó también que quizá haya riesgos concretos que “dejen de ser económicamente asegurables” y donde “la mejor solución para protegerlos no sea el seguro“. Aclaró esta postura apuntando que en el momento en el que hay certeza de que vaya a ocurrir un determinado acontecimiento y estos riesgos son cada vez menos inciertos, “el seguro deja de ser la manera más eficiente” y habría que pensar en traslado de activos o en otras medidas de protección que requieren inversión pública.

Añadió Arechaga que en los últimos 30 años el daño producido por fenómenos atmosféricos a nivel global se ha multiplicado por 10, lo que muestra un aumento de entre el 8 y el 10% de manera anual, y los daños asegurados lo han hecho en una proporción parecida (5%-7%). Dijo que las previsiones son que el impacto continúe creciendo en los próximos ejercicios.

Considera que todo ello refleja una “gran oportunidad” para el seguro, pero recomendó poner el foco en los eventos secundarios más aleatorios, más locales y a los que se ha prestado menos atención, que “serán menos peligrosos pero serán más frecuentes” y eso tendrá su incidencia en la creación de modelos, en el pricing y en la suscripción”. Recomendó poner el horizonte en la gestión de la cartera en el largo plazo porque las tendencias climáticas y su horizonte temporal “es muy largo y muy incierto y necesitamos disponer de información que nos permita hacer estimaciones de las carteras a largo plazo“.

Eugenio Yurrita, CEO de BBVA Seguros, también participó en la mesa redonda y ahondó en la intención del seguro de acompañar a los clientes en este paso de transición hacia la sostenibilidad. Indicó que los factores no financieros serán más importantes en las inversiones, refiriéndose concretamente a elementos sociales, ambientales y de gobierno (Criterios ESG).

Destacó también la importancia de medir la realidad ESG y para ello se necesitan datos. Explicó que se necesita un nuevo universo de datos que no sean financieros como el grado de huella de carbono, la diversidad de género, el grado de respeto a los Derechos Humanos y resaltó que estos criterios cobrarán fuerza a la hora de aceptar o elaborar determinadas inversiones.

Fuente: Aseguranza