El VI Informe de Distracciones elaborado por BP, Castrol y el RACE pone en evidencia “el incremento exponencial de actitudes peligrosas en el tráfico relacionadas con el uso del teléfono móvil”. Este informe se ha basado en una entrevista online (entre el 27 de mayo y el 4 de junio de este año) a un total de 2.132 usuarios entre los 18 y los 65 años y de 17 Comunidades Autónomas. Según esta encuesta, el 96% confesó haber visto a alguien hablando por el móvil mientras conducía (80% de forma habitual), y el 76% (el 72% muchas y bastantes veces) usando el móvil sin hablar (manipulándolo o mirándolo). 

Crecimiento exponencial

Según este informe, “los que hace unos años eran niños y adolescentes son ahora conductores entre 18 y 24 años y, con su llegada al volante han incrementado de forma exponencial nuevos usos peligrosos del smartphone, sin que suponga un descenso en los peligros habituales” -como hablar sin manos libres o el empleo del móvil para chatear o mirar el correo electrónico-. Además, “las personas pertenecientes a otros rangos de edad también se encuentran mucho más famliarizadas con las nuevas tecnologías, y las han integrado en su día a día”.

El mayor desfase entre la menor franja de edad y el total de conductores se produce en el uso de las redes sociales: un 12% del total de encuestados confiesa usarlas de forma habitual mientras conduce, elevándose el porcentaje hasta el 17% entre los jóvenes de 18 a 24 años. El uso de las redes sociales al volante de forma habitual se sitúa en quinto lugar, por detrás de la manipulación del móvil como GPS (25%), la mensajería instantánea (19%), las llamadas sin manos libres (14%) o la lectura de correos electrónicos (13%). Derivado de estos usos del móvil al volante, aproximadamente 530.000 conductores reconocen haber sufrido un percance o accidente por culpa de una distracción.

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