Los conductores de todoterrenos son responsables en más del 50% de los accidentes y del 65% en el caso de los de furgonetas. Esto, a pesar de que la probabilidad de los todoterrenos de sufrir un accidente se sitúa en el 12,5%, mientras que en las furgonetas la probabilidad se dispara al 20%. Los conductores de vehículos de primera categoría (turismo, furgoneta y todoterreno) tienen una probabilidad de sufrir un accidente del 14,3%. 

Así lo refleja el último informe realizado por el Centro de Estudios Ponle Freno-AXA de Seguridad Vial, que analiza la frecuencia de los accidentes de los vehículos de primera categoría. Los turismos, que representan el 60% de los casi cuatro millones de pólizas analizadas en el estudio, cuentan con una frecuencia del 14%, idéntica a la de los familiares y un punto menor que la de los monovolúmenes. En el caso de los derivados de turismo, su probabilidad es la segunda menor, por debajo del 13% y 7 puntos mejor que la frecuencia de las furgonetas.

Vehículo, circunstancias y ámbito 

Las furgonetas son el vehículo industrial de mercancías más utilizado en lo que se ha dado en llamar el reparto de la “última milla” (el último paso en la entrega de un paquete). Esta circunstancia hace que la mayoría de los siniestros ocurra en ámbito urbano o en las cercanías de núcleos urbanos y que su exposición al riesgo sea mayor que la de los turismos, tanto por el número de horas en misión, como en el número de kilómetros llevado a cabo. Este extremo justifica parcialmente su mayor siniestralidad. 

En cuanto a su responsabilidad en la ocurrencia del siniestro, las furgonetas vuelven a tener el porcentaje más alto (65%), con una diferencia de más de 20 puntos frente a los turismos, familiares y monovolúmenes. Hay que tener en cuenta que se trata de vehículos voluminosos con una visibilidad hacia atrás reducida y que no requieren un permiso de conducción específico, ya que se pueden conducir con el B: muchos de sus conductores no tienen una formación específica que adapte sus conocimientos a las dificultades del vehículo. 

Por otro lado, muchos de estos vehículos los utilizan trabajadores autónomos, cuyos ingresos suelen estar determinados por el número de entregas al día, e incluso a la hora, incluso con penalizaciones por retraso. Estas circunstancias obligan a un número de horas al volante y una actitud en trabajo en la que se prioriza la rapidez a la seguridad, lo que genera fatiga tras largas jornadas al volante y estrés por cumplir los horarios.

La culpabilidad de los conductores de turismos, monovolúmenes y familiares se sitúa por debajo del 45%, en el caso de los todoterrenos y los derivados de turismo la responsabilidad del conductor en los accidentes supera ligeramente el 50%.